Sala MAS (Museo Arqueológico de Santiago) del Museo de Artes Visuales MAVI UC
Curaduría: Mónica Bengoa ~ Danilo Espinoza, Artistas visuales y académicos de la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Chile
2022
El arte, tal vez como ninguna otra disciplina, es capaz de abrir espacios de reflexión que posibilitan la creación de nuevos conocimientos con una apertura y libertad que usualmente otras disciplinas no se permiten. Y cuando el arte se cruza con las ciencias sociales, ese espacio de reflexión crece y se profundiza.
“Diálogos” ha desarrollado desde el año 2014 proyectos de creación-investigación colectivos y colaborativos, con la participación de artistas y teóricos pertenecientes o no a pueblos originarios, con el propósito de reflexionar en torno a las relaciones interculturales desde las prácticas del arte, incorporando las diversas miradas que las ciencias sociales pueden aportar.
Hasta hoy, son cinco los proyectos en los que han participado veintiún artistas, dieciséis investigadores y ocho comunidades de pueblos originarios: “Diálogos del reconocimiento; Investigación y creación en torno a interculturalidad” (2014- 2015), proyecto que itineró durante un año por distintas salas en Chile. Después vino “Territorios Alternos” (2016-2017), en el que avanzamos hacia un trabajo conjunto con comunidades de pueblos originarios de distintos territorios del país, mientras “Caminos Convergentes” (2018) fue una iniciativa en la cual se incorporaron estudiantes egresados de la Escuela de Arte UC. “Territorios en Tránsito” (2019), proyecto curatorial exhibido en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo – MAAC en Guayaquil, nos permitió dar a conocer internacionalmente gran parte de lo realizado hasta ese momento; y “Materialidades en Diálogo” (2020-2021), proyecto que dio origen a la actual exhibición y en el que participan las y los artistas Paula Baeza Pailamilla, Gonzalo Barceló y Felipe Cisternas, Mónica Bengoa, Danilo Espinoza y Natalia Montoya.Este nuevo proyecto ha buscado otras formas de profundizar en aquellos asuntos que nos han mantenido trabajando desde el inicio: el diálogo intercultural, la creación como investigación, y el trabajo interdisciplinario, sumando a esos asuntos, la creación teniendo como punto de partida las materialidades y los diversos procedimientos que dan forma a las obras. Tomando en cuenta que cada investigación artística-material es capaz de generar conocimiento y reflexiones profundas y específicas, nuestra invitación a las y los artistas participantes se fundamentó en las relaciones materiales que sus investigaciones anteriores habían propuesto, abiertos, no obstante, a que surgieran nuevos asuntos desde los cruces que nuestro proceso dialogante y colaborativo permitiera generar. Los resultados de ese proceso de indagación fueron exhibidos individualmente durante el año 2021.
“Wedkel”, proyecto de la artista visual mapuche Paula Baeza Pailamilla, es el resultado de una indagación en torno al “Huesquel”, pequeños y delicados tejidos hechos de crin que tenían como propósito la estimulación sexual femenina. Así, a través de sus obras, propone una reflexión sobre el vínculo entre los conocimientos del cuerpo y la noción de placer en la memoria del Pueblo Mapuche.
En “La piel que arrugan los perros cuando gruñen”, Natalia Montoya construye un relato visual y material fundamentalmente personal. A través de ejercicios auto etnográficos revive su identidad aymara mezclada con el imaginario del indio norteamericano, el cual se ha representado en el territorio nortino en el baile de la fiesta de la Tirana. Estos ejercicios reconstruyen la idea del indio desde sus tejidos, artefactos y espacios espirituales, punto de convergencia entre ambos grupos humanos.
“Río de arriba” de Gonzalo Barceló y Felipe Cisternas, indaga en torno a dos elementos puestos en relación: la luz y el sonido. Centrados en su interés por lo abierto, lo inestable, desarrollaron un trabajo de investigación-creación de carácter etnográfico, a través del cual indagan en un conocimiento derivado de la cercanía con el objeto de estudio; de la intimidad sostenida con su materia para, desde ese lugar, proponer reflexiones en torno a cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea.
En “Historias de semillas y otras tantas cosas invisibles” Mónica Bengoa presenta los resultados de su indagación en torno a aquellos asuntos que pasan comúnmente inadvertidos, pero que sobre todo en una situación de encierro y aislamiento como la que hemos enfrentado, invita a preguntarse qué es lo esencial en nuestras vidas. Así, la respuesta surge en la forma de una serie de semillas de árboles nativos o endémicos chilenos tejidas a crochet; diminutos recordatorios de lo que no vemos, no oímos, ignorantes de su verdadera relevancia.
Finalmente, en “Técnica seca” Danilo Espinoza alude, tanto al campo del arte y sus procedimientos tradicionales, como al material principal a través del cual le da forma a las obras: el humo, elemento utilizado desde la antigüedad para preservar alimentos, absorbiendo y reduciendo la humedad y que, en el caso de su trabajo es desplazado metafóricamente a la idea de preservar y rescatar la memoria autobiográfica, para desde ahí conectar con diversas problemáticas y asuntos que emergieron durante el estallido social en Chile en octubre de 2019.
Las materialidades y los procedimientos artísticos no se piensan separados de las problemáticas que se investigan y, a partir de la experiencia obtenida en los proyectos anteriores, teníamos conciencia de su relevancia en el camino de darle forma a la reflexión en torno al reconocimiento de la identidad intercultural de nuestro país, y su potencial en la tarea de conservar y transmitir el patrimonio cultural. Pero no fue sino hasta la invitación que nos realizara el museo MAVI, que fuimos plenamente conscientes de algo que, aunque simple, resultó tremendamente significativo en el encuentro de nuestro trabajo con las piezas que forman parte de la colección del Museo Chileno de Arte Precolombino: aquellos objetos arqueológicos y etnográficos fueron elaborados por personas que en el pasado, al igual que nosotras/os se vieron enfrentados a conocer, imaginar y expresar(se) a través de un “hacer” que indaga y experimenta para, incluso sin proponérselo, crear registros tangibles de la memoria, tanto individual como colectiva, de su cultura y momento histórico.
Así, en esta última etapa de nuestro proyecto, al desafío de hacer convivir en una muestra colectiva los resultados de indagaciones tan profundamente personales a la vez que diversas, se agregó el de poner nuestras obras en diálogo con una serie de objetos arqueológicos y etnográficos, sumando nuevos sentidos en esta conversación material que cruza diversas culturas y tiempos, y nos ha permitido repensar nuestras preconcepciones y borronear los límites entre la producción material de pueblos originarios y la producción de arte contemporáneo.
Hemos querido plasmar nuestra mirada curatorial, centrada en el sentido que surge de las materialidades y sus procedimientos, no solo en una museografía que ha pretendido dar cuenta de los procesos de indagación de estos dos años de trabajo colaborativo, sino también en relevar aquello que pasa comúnmente inadvertido, que ha quedado desplazado hacia los márgenes. Hemos buscado refrescar la mirada y poner en el centro asuntos simples y cotidianos que se alejan de lo que usualmente entendemos deben abordar las grandes problemáticas del arte, titulando –con minúsculas– esta exhibición: “ahumar, tejer, grabar, remendar: materialidades en diálogo”.